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Prática

Reflexiones de una Yoga-Terapia
Andrés Wormull
22-11-2011


Mientras más trabajo con gente, mientras más estudio e investigo, mientras más observo y dejo que el instinto me enseñe, más me doy cuenta que Yoga es originalmente, y debe permanecer siempre, una práctica flexible y adaptable, naturalmente terapéutica. Los métodos de sanación tradicionales como Yoga y Ayurveda se han caracterizado en esencia por partir de la base del individuo y sugerir acercamientos personalizados, a diferencia de los sistemas modernos que tienden a prescribir tratamientos estándar. Mientras que estos últimos tratan enfermedades, Yoga y Ayurveda tratan personas. No es muy difícil observar que paradójicamente la mayoría de los métodos modernos de Yoga estandarizados no cumplen con este requisito. Más ingenuo aún es la noción que la práctica de asana (postura) es la solución para todo. No es necesario investigar muy profundo para entender que en Yoga asana es la prescripción para aflicciones del cuerpo solamente. Cómo forma de terapia física, emocional, mental y espiritual las herramientas incluyen posturas, ejercicios de pranayama, mantra, meditación, dieta, ritual y devoción por nombrar las más importantes. Probablemente no ha de necesitarse siempre todas las herramientas al mismo tiempo o para la misma tarea, pero mientras más herramientas sabemos utilizar, más efectivos seremos en nuestra labor de terapeutas. Para ser profesores competentes, comprometidos con el bienestar de nuestros estudiantes, debemos estar familiarizado con estos aspectos y poder utilizarlos de forma constructiva pues "Para quien sólo tiene un martillo todas las cosas aparecerán como clavos". 

Esta es la situación en la que me encontraba cuando practicaba Astanga Vinyasa Yoga y tuve la bendición de conocer a Manju Jois, profesor de la tradición de Yoga desarrollada por Sri T. Krishnamacharya en Mysore. Manju derrumbó todas mis ideas de una práctica fija, que no se modifica, que se hace sólo de un modo, que no se enseñan asanas secundarias sin haber desarrollado todas las primarias…etc, etc. Comencé a revisar todos los artículos y entrevistas de los primeros practicantes occidentales que estudiaron con el principal profesor de la escuela de Mysore y padre de Manju, Pattabhi Jois, cuando éste era aún joven y el número de estudiantes ofrecía todavía una oportunidad de recibir una instrucción más personalizada. Era evidente que habían recibido una instrucción que no sólo era diferente entre ellos sino que además difería drásticamente del formato moderno. Decidí estudiar las obras mayores de Krishnamacharya, aquellas que plasmaban la esencia de su enseñanza y de lo que practicábamos. Conocí luego en India profesores formados con Krishnamacharya durante sus últimos 40 años en Chennai. Incluso ellos enseñaban diferente los unos de los otros. Estaba claro como el agua. La práctica no era una forma rígida sino un formato flexible que en un sentido terapéutico presentaba una gran cantidad de posibilidades. La guía de Manju y otros acharyas en la tradición de Krishnamacharya resultaron fundamentales en este proceso de crecimiento. Seguí confiando en Manju, experimentando conmigo primero, con mis estudiantes después, incorporando al tiempo pranayama y mantras védicos. Los resultados no se vieron esperar. Una nueva libertad, relajación, amplitud y ambiente espiritual impregnaron la sala de clases.


Un ejemplo de esto fue en la práctica de posturas el cambio de método de progresión lineal moderno por uno circular y complementario. En cuanto se termina la serie primaria se enseña la segunda como contraparte, independiente si el practicante puede realizar o no todas las posturas. Para ciertos tipos de cuerpo y personalidades hacer por años sólo la serie primaria de posturas hacia adelante y torsiones puede incluso traer más dolor y desequilibrio. La segunda serie con sus posturas hacia atrás, de fuerza y pliometría provee el equilibrio perfecto. Este es el método descrito para terapia por Manju y relatado por los antiguos practicantes.


Otro aspecto corregido fue la "obligación" de hacer todas las posturas como se enseña comúnmente, siendo que Yoga Mala afirma claramente que no todas las asanas son aconsejables para todos los cuerpos. Habiendo sido deportista gran parte de mi vida, he sostenido lesiones de consideración como fracturas de vértebras y luxaciones de hombros. A pesar de poseer un cuerpo fuerte y resistente, ciertas posturas llevaban los rangos articulares a límites que generaban tensión y rigidez producto de la tendencia natural de los músculos de proteger las articulaciones dañadas. Esto se repetía en incontables alumnos con lesiones articulares, limitaciones anatómicas, exceso de peso, etc. Donde no hay relajación el cerebro no emite las señales "positivas" de relajación necesarias para la sanación. Por esto tensión es contrario al proceso terapéutico.

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Aprendí de Manju que para terapia en términos de asana la funcionalidad va por sobre la forma. Con frecuencia veo ejecución de asanas que desde el punto de vista de ideas de alineación de otros métodos podrían estar correctas, pero desde este método está incompleto. Un ejemplo claro de esto es la posición de la cabeza en algunas posturas hacia adelante. Mientras que ejecuciones basadas en alineación pueden proponer alineación neutra del cuello Yoga Makaranda, el primer texto de krishnamacharya que expone el método Vinyasa, sugiere realizar Jalandhara Bandha en estas posturas. Basta con observar las fotos de las ejecuciones de P. Jois en algunas asanas. Podemos ver es exactamente la misma que Krishnamacharya. El énfasis está en un proceso de carácter más bien sutil a través de la contracción y estímulo de glándulas y órganos en el cuerpo. Mientras que es indudablemente beneficioso entender de alineación, no se debe desconocer que distintos métodos siguen distintos principios. Además no hay dos personas iguales. Creer que la alineación debe ser igual para todas las dimensiones y tipos corporales es una vez más caer en "una talla para todos".


Por último, el aspecto probablemente más ignorado por el practicante occidental de esta tradición es la noción de postración (Namah) y aceptación de un orden universal o fuerza espiritual. Acorde las enseñanzas del Veda y del Yoga Sutra, tanto Krishnamacharya como Pattabhi Jois aceptan e implementan este aspecto como el verdadero agente sanador. No es ni la persona, ni el terapeuta quien sana, sino el poder intrínseco contenido en la matriz misma de la vida y del universo entero. Jamás he conocido en India un místico o Yogi tradicional que no tenga absoluta conección con este aspecto del Yoga.


En resumen, Yoga Chikitsa (yogaterapia) es probablemente el rasgo más sobresaliente (junto con Upasana o devoción espiritual) en la tradición de T. Krishnamacharya, Pattabhi Jois y Manju Jois. Esta Yogaterapia requiere no sólo experiencia en sus prácticas, sino además los elementos indispensables:


Viniyoga: adaptación y utilización adecuada de las técnicas del Yoga.
Shraddha: fé en el maestro y tradición.
Ishvarapradnihana: confianza absoluta en la Fuerza Espiritual .

Foto. Krishnamacharya en Marichyasana, edición Tamil de Yoga Makaranda.


 Mais sobre o trabalho de Andrés Wormull em www.vaidika.com


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